El Villarato manda en Gijón

Triste y flaco favor le hacen al Barca como institución con actuaciones como la de ayer. Un equipo que tiene 20 veces el presupuesto del Sporting no debería recibir una ayuda tan descarada para poder ganar a un equipo de mitad baja de la tabla. Pero fue así. Mi animadversión ante los grandes nació por este tipo de "favores" y ayer ese sentimiento se palpaba en el ambiente de El Molinón.

Me enorgullece ver a todo El Molinón apoyando incondicionalmente al Sporting. Por fin la gente se ha dado cuenta de cuál es el verdadero equipo que nos representa. Parece que la travesía en el desierto ha servido para mucho más que sanear las cuentas. Algo tan importante como el sentimiento.

Tras el encuentro de ayer no envidio al Barca. Hace un fútbol espectacular, genera ocasiones de gol pero como club deja mucho que desear, y no sólo por su presidente. Flaco favor le hacen al fútbol si con actuaciones arbitrales como la de ayer piensan que van a reforzarlo.

Tal vez estén olvidando que la liga tiene 20 equipos y no sólo dos. Hay mucha gente en España que aún no se ha dado cuenta que esto es así. Simplemente vean un día Deportes Cuatro.

Vaya por delante, que el Barca es infinitamente mejor que el Sporting. Sin ninguna duda, no hay color. Por otra parte es lógico ya que uno corre la liga con un ferrari y otro lo corre en bicicleta. Antiguamente estas diferencias no las había en el fútbol pero el tinglado lo tienen montado así.

El árbitro, Paradas Romero, salió al campo a realizar una labor sibilina para tener contentos a sus jefes. Todos sabemos como funciona el Comité Técnico de Árbitros. Simplemente la designación de este árbitro para este partido demuestra lo podre que huele dicho comité amparado por la federación, ese organismo feudal que dirige Villar.

Por si quedaba algún tipo de duda, el árbitro necesitaba realizar una labor que gustase a sus jefes. Y cualquier lector objetivo de este blog se preguntará ¿por qué? Muy sencillo.

Para el Comité Técnico de Árbitros, a partir de aquí, CTA, los ascensos y los descensos, que es lo verdaderamente importante para un árbitro ya que de ello influye su sueldo, son designaciones a dedo. Esto implica que un árbitro aunque sea bueno, si no cae bien dentro del comité o no es de la política del comité, jamás tendrá una buena recompensa a una temporada.

Sin embargo otros, como Iturralde, tras ser presidente de los árbitros del País Vasco, pese a ser muy malo, tendrán todos los honores de dirigir partidos de la Liga de las Estrellas y cobrar por ello entorno a 25 o 30 millones al año.

Por ello, se producen arbitrajes en un sentido u otro. Pero el pestazo no sólo viene de aquí.

Además de esto, la Federación, que lleva 30 años con la misma directiva, tiene que pagar con favores arbitrales a determinados clubs que les votaron en las elecciones y que les han mostrado su apoyo públicamente. Esto es algo fundamental. Salieron vídeos en su día de Presidentes denunciando presiones para votar a cambio de estos favores arbitrales.

Uno de estos clubes es el Barca. Con el amigo Gaspart en su cúpula directiva. Esto aclara un poco más el panorama y nos hace pensar en cosas más profundas que tienen su claro ejemplo en el partido de ayer.