La división es pública

Tal y como dejamos caer en la publicación del jueves 20 de agosto, con el título rumore rumore, existe una división entre el Consejo de Administración y la parte deportiva del club que la componen el Secretario Técnico (cargo que ahora se denomina Director Deportivo) y el resto de sus colaboradores (Pernía y ahora también Lozano)

Esa división, es principalmente porque el consejo considera que el Director Deportivo no está capacitado para desarrollar su puesto. No tiene un gran conocimiento del mercado y lo que agrava más la situación, no ha acertado mucho en los fichajes que realizó.

Según publica hoy Manuel Rosety en El Comercio, de los 27 fichajes que realizó en sus 3 años y medio al frente de la dirección deportiva, sólo 10 han sido suyos. Es decir, el resto de fichajes los realizó Preciado o el propio Consejo de Administración.

De esta afirmación extraemos múltiples conclusiones.

1º) Si el Director Deportivo, que es la persona encargada de hacer fichajes y confeccionar la plantilla, sólo ha realizado un tercio del total, eso demuestra que no goza de mucha confianza. Lo lógico, que la inmensa mayoría hubiesen sido fichajes suyos, como ocurre en la mayoría de los equipos. Esta es la causa principal por la que el consejo no tiene gran confianza en De Dios

2º) Preciado ha traído a 7 jugadores. Salvo los casos de Alberto Rivera, incorporado este verano, del cuál aún no sabemos el rendimiento que va a dar y de Portilla, que ha iniciado la campaña en el filial. De los otros 5 todos han tenido un gran rendimiento en el equipo.

3º) El Consejo ha tenido que tener gran parte de culpa en el resto de fichajes. Por tanto se le atribuyen 10.

La Dirección Deportiva siempre ha estado en armonía con el Cuadro Técnico encabezado por Preciado. De aquí sacamos que los fichajes de De Dios y de Preciado, han estado consensuados por ambas partes. Al principio también había esa misma sintonía entre esta parte deportiva y el consejo, pero tras los fichajes frustrados de Colin y el bajo rendimiento de Maldonado han deteriorado mucho las relaciones entre estas partes.

Desde El Empaque consideramos que la mayoría de los fichajes han sido por recomendación de Preciado, que sí tenía un gran conocimiento de la segunda división cuando llegó y sí conoce muchos jugadores del mercado nacional que pueden rondar las espectativas del club.

Sin embargo, consideramos que la labor del Secretario Técnico ha sido un tanto deficiente. Creemos que sus viajes a Sudamérica y Europa no han servido de nada. Es más, han empeorado mucho su imagen, ya que no se puede ir a Argentina 10 días o a Inglaterra y decir que los únicos jugadores que le gustaron fueron Agüero (sí, creo que cuando fué era él, hablo de memoria, sino era otro de nivel muy similar) y los delanteros del Arsenal Niklas Bedtner y otro delantero marroquí (creo que se escribe Abdel Kader o algo así). A cualquier persona que siga el fútbol inglés por la tele, conoce de sobra a esos dos jugadores y del jugador.

Pero la parte deportiva, pese a sus errores es de la que más nos fiamos. De los que no nos fiamos ni un pelo es de los directivos. Ellos son marionetas de Fernández, que es el que sigue mandando en la sombra (en este caso en la sombra pero de Marbella). Su único interés es terminar de pagar la deuda, para no tener que rendir cuentas a ningún juez y volver a meter mano en la caja con pseudointermediarios que traen maravillosos jugadores del país del nunca jamás.

Por tanto, que reine la paz, creemos que el Consejo no está capacitado para tomar decisiones deportivas. La única decisión que pueden tomar es destituir a Emilio De Dios y traer una persona más competente que tome esas decisiones que ellos no supieron tomar en el pasado y llevaron al club a la quiebra.

Pero todo esto no es bueno a 6 días del debút liguero en casa. El Sporting parte en desventaja frente a otros equipos y cualquier persona que no reme en la misma dirección es mejor que se baje, porque puede hacer hundir el barco. La afición merece un respeto tras renovar en masa pese a la subida escandalosamente escandalosa que dijo aquél.