jueves, 5 de febrero de 2009

Cuando la necesidad aprieta

Vimos ayer una semifinal en el Sánchez Pizjuan, en la que perfectamente podría estar el Sporting. Vimos ayer un claro ejemplo de un equipo que hizo de la necesidad virtud: la cantera.

Vagaba el Sevilla por el abismo de la segunda división y recién ascendido a primera, cuando empezaron a aflorar perlas que salieron a la luz por la confianza de un entrenador (Joaquín Caparrós) y por las penurias económicas.

Cuando un equipo acostumbrado a mirar siempre hacia afuera por su poderío económico entra en una situación de falta de liquidez, es cuando mira hacia dentro para sacar lo mejor de su casa. Es el ejemplo del Sevilla, que en períodos de penurias económicas miró a una cantera que la tenía olvidada (Sergio Ramos, J.A. Reyes y muchos más que los siguieron) pero puede ser el ejemplo de nuestro Sporting.

Cuando nadie quería coger las riendas del primer equipo, cuando las penurias económicas marcaban el devenir del club, se miró a la cantera para sacar el mejor entrenador que salió de Mareo en años. Marcelino García Toral. Casualidad? ¿Si llega a haber dinero hubiese venido otro Cantatore?

Sin salir de ese mismo bache, han aparecido una serie de jugadores, que en condiciones económicas normales, no hubiesen tenido cabida en las alineaciones de este club. Ya que siempre se prefiere lo de fuera, aunque sea más caro y peor.

En una plaga de bajas enorme en la defensa, apareció Jorge. Un canterano, que si bien en principio, la gente que seguía sus pasos no veía en él un jugador de futuro para el primer equipo, acayó cualquier tipo de duda con sus actuaciones. Tanto es así que se convirtió en uno de los fijos que nos devolvió a la élite tras 10 años.

Como él, unos cuantos canteranos salidos de Mareo jugaban en el primer equipo al lado de veteranos comprometidos con la causa. Míchel, Canella, R.Camara, Luis Morán, Pedro...

Cuando ya nos creemos grandones, y las penurias económicas parecen algo del pasado, volvemos a tropezar en las mismas piedras que nos tiraron al abismo. Fichajes raros que no terminan de demostrar nada y murmullo en el estadio cuando un canterano no tiene un día bueno.

Sin ningún tipo de duda, nuestra salvación y nuestro futuro pasa por Mareo. Asi de simple. No tenemos potencial económico ni nunca lo tendremos de no ser por jugadores salidos de la casa. Jugadores que sienten el club como ningun otro venido de fuera, y eso se palpa en las situaciones más díficiles.

Bendita sea la crisis que nos haga mirar a la cantera. Pero no mirarla desde lejos. Mimarla. Hacer campos sintéticos donde están los campos de arena. Peinar el norte de españa, para traer a las mejores promesas para que crezcan aquí y tener para formarlos a los mejores profesionales posibles. Todo es la teoría, pero no hay que olvidar, que en lo alto de la pirámide, tiene que estar un entrenador que apueste por ellos para el último paso, que es el más dificil.

No hay comentarios: